Cuando se afronta un proceso de separación o divorcio, hay que tener claro siempre que se debe de contar con la mejor ayuda profesional posible, con el objetivo de llevar el proceso con la mayor seriedad y responsabilidad posible.
Consejos a la hora de afrontar un divorcio
El primer consejo que se debe de dar a una persona que está pasando por una situación tan problemática es que, si se puede, hay que acudir a unos buenos abogados divorcio Burgos. Hay que señalar que un proceso de separación o divorcio es mucho más amplio e importante de lo que parece a primera vista, ya que no solo se está rompiendo un relación, sino que también se puede romper un núcleo familiar, con lo que eso conlleva. También hay que señalar que desde el punto legal es un proceso bastante complejo que puede afectar, no solo a mayores de edad, sino también a menores, lo que puede suponer que todo se complique hasta límites insospechados.
El segundo consejo es que antes de llegar a la celebración de un juicio, hay que intentar llegar a un acuerdo siempre que las condiciones sean favorables o idóneas para ambas partes. Esto está íntimamente relacionado con la protección de los menores, ya que cuantos menos problemas existan en este tipo de proceso, menos implicaciones psicológicas y emocionales se verán afectadas. Por lo tanto, se podría decir que intentar llegar a un divorcio de mutuo acuerdo puede favorecer claramente todo el clima que se crea alrededor de la familia formada. Hay que señalar que los que se separan son los progenitores, no los hijos, por lo tanto, en el caso de que haya más de un hijo/a en común, se debe de tener una consideración especial para que todos tengan las mismas atenciones, así como todo tipo de cuidados.
El tercer consejo es que nunca hay que utilizar a los menores como arma o como escudo para atacar a la otra parte. Hay que intentar, en la medida de lo posible, respetar la intimidad de los menores, así como su honorabilidad y fases de crecimiento. En el momento en que se ha resuelto el conflicto hay que intentar siempre llevarse bien con la otra parte con el objetivo de intentar mantener una cierta estabilidad y también conseguir que los menores crezcan con la compañía de ambos progenitores.