En el pasado era común encontrar personas ancianas que tomaban y recomendaban diversos tés para las dolencias, conocidas popularmente como achaques. Por ejemplo, que si un grano de ajo calmaba los malestares de la gripe o un té de manzanilla era bueno para los nervios. Hoy en día, disponemos de los servicios de un herbolario tienda online porque estamos convencidos de la veracidad de estas historias.
Las propiedades medicinales de las plantas se conocen desde el principio de los tiempos; de hecho, hasta la industrialización farmacéutica y la elaboración de productos sintéticos con las mismas características curativas, ocurrida en el siglo XX, esta era la base de la gran mayoría de los fármacos. Por lo tanto, no nos extrañemos que dicha ciencia y arte siga en boga.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) acepta la importancia de esta práctica terapéutica como una opción no dañina y eficaz de tratar determinados trastornos; por lo cual, recomienda su aceptación en los esquemas sanitarios de los países. Ellos mismos han indicado que hasta un 80% de toda la gente recurre a plantas medicinales para estar en condiciones más saludables.
Aprovecha las bondades de la herbolaria
Los laboratorios farmacéuticos en la actualidad continúan interesados en las ventajas de la herbolaria para el desarrollo de sus productos. Por eso, entre sus investigadores se consiguen biólogos y botánicos, cuya especialidad está relacionada de manera directa con el reconocimiento y clasificación de hierbas beneficiosas para la salud humana. Estos luego se comercializan como cápsulas, aceites aromáticos, jarabes y otras presentaciones.
Algunas de las propiedades terapéuticas de las hierbas y plantas son:
- Antihelmínticas: ayudan a controlar los parásitos intestinales.
- Antiinflamatorias: reducen o minimizan las inflamaciones de los tejidos.
- Antimicrobianas: eliminan los organismos patógenos responsables de ciertas enfermedades, con lo que se fortalece el sistema inmunitario.
- Astringentes y emolientes: suavizan las irritaciones epiteliales y limpian los tejidos, haciéndolos más resistentes a las infecciones.
- Estimulantes: provocan el apetito y resultan particularmente útiles en el caso de los niños y los ancianos que muestran desinterés hacia los alimentos.
- Diuréticas: mejoran la producción de la orina.
- Expectorantes: facilitan la expulsión de la mucosidad del sistema respiratorio.
- Tranquilizantes: inducen suavemente el sueño y permiten controlar los estados de ansiedad.