Si dos personas se aman es común que decidan unir sus vidas y para ello procedan con el acto matrimonial. Independientemente de lo fácil o difícil que pueda haber sido tomar esta decisión, sin duda, divorciarse es mucho más complicado y doloroso, inclusive estando ambos de acuerdo. No obstante, cuando no están seguros de que hacer o prefieran analizar la situación con objetividad, unos abogados en separaciones podrían ser la mejor opción.
Enfrentar la ruptura del lazo conyugal es difícil pero, en ciertas ocasiones distanciarse es lo más beneficioso para todas las partes; en especial, si las situaciones conflictivas aparecen con excesiva frecuencia. El beneficio de la separación es que no tiene el impacto de un divorcio, es solo un compás de espera que ambos se dan para pensar mejor sobre el tema y que, muchas veces, puede culminar con una reconciliación.
¿Cuáles son las implicaciones legales de un distanciamiento?
Los cónyuges que consultan a un abogado especializado y se deciden por este estado legal cesan de vivir juntos, al menos de compartir habitación, aunque subsiste el lazo matrimonial. Existen dos casos al respecto, que la decisión sea el resultado de un pacto o que la separación proceda judicialmente, si la pareja no logra llegar a un acuerdo.
Según el Código Civil, habrá que manejar los temas relacionados con la patria potestad (es decir, quién será responsable de la atención y adónde vivirán los hijos menores de edad, nacidos de la relación); así como, monto de la pensión para gastos y horarios de visita. En todos los casos, por ser los descendientes el componente más sensible, esto se trata con mucho cuidado.
Una de las grandes diferencias entre divorciarse y separarse es que, en el primer caso, las personas poseen libertad absoluta para establecer nuevas relaciones afectivas, e incluso formalizarlas si ese fuera su deseo. En la otra opción, ninguno de los individuos tiene derecho a casarse en segundas nupcias, por lo menos mientras se encuentren bajo tal régimen.
Un abogado en separaciones escuchará a ambas partes, les informará de los aspectos legales considerados en uno u otro estado civil, resolverá sus dudas y les aconsejará sobre los pasos futuros. Consultarle no implica que el final haya llegado, sino que se buscan alternativas para seguir adelante.
