Desde aquella lejana época cuando la humanidad aprendió a generar y controlar el fuego, este no ha dejado de causarle el mismo pavor que sentía el hombre de las cavernas cuando un rayo caía encendiendo un pedazo de madera. Claro, ellos no contaban con extintores en Barcelona.
Estos son dispositivos portátiles utilizados para extinguir fuegos pequeños o que apenas inician. De esta forma se impide la propagación y la posibilidad de que se conviertan en incendios pavorosos y altamente destructivos.
Modelos de extintores
La clasificación (A, B, C, D) se realiza según la naturaleza del combustible que lo produjo. De ese modo, un extintor:
- A: sirve si se trata de un sólido. Ej.: productos madereros, cartón, papel, plástico, etc.
- B: en caso de líquidos, como aceite vegetal o mineral, gasolina, gasoil o pintura.
- C: para los gases. Aquí se incluye el propano, butano y gas natural.
- D: se usa con los metales que arden; es decir, sodio, magnesio o aluminio.
La segunda categorización se hace dependiendo de la composición del agente. Así tenemos:
- Agua: solo para llamas tipo A, si no hay energía eléctrica involucrada que pueda provocar una electrocución. Nunca deben ser accionados en presencia de combustibles líquidos que por razón de su baja densidad flotarían sobre el producto acuoso, resultando inútiles.
- Agua pulverizada o espuma: cumplen la misma función del primero; pero, adicionalmente también serían útiles con el tipo B. Se emplean en las zonas exteriores de los hogares.
- Polvo: es el más popular y se utiliza en cualquier edificación: vivienda, oficina o comercio. Es apropiado para incendios tipo A, B y C, sin el riesgo eléctrico antes mencionado.
- Gas Carbónico (CO2): cumple con lo descrito para el anterior, con la ventaja adicional de que no causa daños al entorno. Por tanto, se recomienda en ambientes donde el polvo o la espuma pudiera estropear los documentos o aparatos existentes.
Por razones de seguridad, se definen directrices para la localización de los extintores en los edificios industriales, comerciales y residenciales, el entrenamiento respectivo que se debe dar a la gente que frecuenta esas áreas y aspectos relacionados.