Vivir en comunidad trae consigo muchas ventajas, pero también, el reto de aprender a mantener la armonía. Y es que, es natural que existan desacuerdos u opiniones diferentes entre vecinos; pero, en ocasiones, estos trascienden y se convierten en grandes conflictos. Así, asuntos tan sencillos como la contratación de un perito en construcciones o la tenencia de mascotas, se convierten en problemas de difícil solución.
Y es que, aunque parezca sorprendente, la mayoría de los conflictos vecinales no suceden por graves infracciones a la convivencia, sino por las más simples faltas. Una de las más comunes, es la celebración de fiestas. Incluso cuando estas son notificadas, es muy frecuente que se generen inconvenientes por el volumen de la música, lo tarde que terminan o el abuso de las áreas comunes.
Por otra parte, las reformas, tanto comunes como individuales, constituyen otro de los asuntos que suele generar serias discusiones en las comunidades vecinales. En el primer caso, pueden darse múltiples reuniones y no lograr acuerdos sobre los peritos a contratar, presupuestos, materiales o términos del contrato. En el segundo, los problemas surgen por el irrespeto a los horarios o incumplimiento de los términos establecidos por la junta al momento de autorizarla.
Otro tema que lidera las listas de problemas entre vecinos, es la basura. Quienes no la sacan a tiempo, no la depositan en el lugar establecido o son descuidados al botarla y ensucian las áreas comunes, tienden a ser los menos apreciados por su comunidad.
Consejos para solución amistosa de conflictos
Los conflictos vecinales no son diferentes al resto de desacuerdos que se presentan en la cotidianidad. De ahí, que para su solución, sean eficaces las siguientes recomendaciones generales:
- Poner en primer lugar la comunicación y asegurar que sea respetuosa.
- Tomar decisiones basadas en los reglamentos y leyes locales.
- Plantear soluciones que beneficien a todos los interesados.
- Mantenerse abiertos a las ideas de los demás vecinos
- Recurrir a las medidas drásticas de forma excepcional, en lugar de aplicarlas al inicio del conflicto.
Estos consejos deben ser puestos en práctica por cada miembro de la comunidad. De esta manera, podrán evitarse diversas situaciones conflictivas y podrán resolverse de una manera más eficaz los desacuerdos que se susciten.
Una buena idea, es organizar charlas dirigidas a los vecinos. Algunas temáticas recomendables, son la solución amistosa de los conflictos, normas comunes y estrategias para una mejor convivencia. Además de servir como herramienta para la instrucción, pueden ser espacios en los que se desarrolle el diálogo entre los participantes.
