Al recibir una herencia se adquieren una serie de responsabilidades que el heredero debe tomar en cuenta. Heredar no es solo obtener bienes sino también responsabilizarse de deudas. Además, cada bien que se adquiere repercute en el pago de impuestos de sucesiones, los cuales son inherentes a la condición de ser heredero o heredera.
Para estos casos es vital contar con un especialista en herencias, ya que su buen asesoramiento nos permite saber específicamente cuanto es que debemos cancelar. El abogado especialista también nos debe indicar que medidas legales podemos tomar para reducir los costes, en caso de que la carga impositiva sea muy elevada.
No debemos confundir los pagos de impuestos de sucesiones con los de donaciones a pesar de que se pagan a través del mismo impuesto. El primero de ellos se refiere a los bienes que recibe los herederos del testador, mientras que el impuesto de donaciones corresponde al importe que debemos cancelar al Estado cuando nos entregan alguna donación u obsequio.
Teniendo en cuenta este aspecto, podemos determinar qué tipo de impuesto debemos cancelar, siempre con la sapiencia de un abogado experto que nos asesore en función a proteger nuestros patrimonios e ingresos.
En muchas ocasiones los herederos desconocen el marco legal que establece la Ley de impuesto sobre sucesiones y donaciones, por lo que contratar a un experto en leyes puede ser de gran utilidad para manejar este instrumento jurídico.
Cuando somos herederos lo primero que debemos decidir es sí aceptar o no la herencia, entendiendo que no toda herencia es opcional (deudas, gastos de defunción, etc.). Pero en caso de rechazar al cobro de un activo heredado nos debemos preguntar ¿Cómo renunciar a una herencia?.
Antes de responder a esta interrogante, es necesario señalar que esto solo es recomendable cuando el fallecido tiene importantes activos aunados a grandes deudas que el heredero no podrá costear. El problema real surge cuando la suma de un elevado impuesto de sucesión y las deudas heredadas producidas por el testador son extremadamente altas y atentan, incluso, con el patrimonio personal del heredero.
La renuncia de una herencia se debe hacer de forma expresa y escrita ante un notario. En dicho documento el heredado expresa su voluntad de no heredar por igual los bienes y deudas que dejo el fallecido. En caso de existir más herederos que quieran aceptar la herencia, ellos recibirán todos los patrimonios de acuerdo al derecho de acrecer. La renuncia de una herencia es un acto libre e irrevocable, por lo que se aconseja de una asesoría legal para tomar la decisión que más conveniente.
Por último, es importante entender que renunciar a una herencia significa no aceptar la totalidad de lo que se va heredar. En este sentido, una persona no puede rechazar las deudas heredadas y aceptar solo los bienes activos. Tampoco se puede recibir algunos bienes y rechazar otros.
En el caso de que un heredero perjudique a los acreedores por el hecho de rechazar la herencia, los mismos tendrán el derecho de acudir a juez para impugnar tal decisión. En todo caso, siempre es vital asesorarse con expertos en la materia.